Medita...

19/1/08



En un campo de Lilas en germen, 
el viento que lleva las semillas no tiene favoritas. 
Las semillas caen donde caen de acuerdo con la 
suerte del viento y el clima. 
Aquellas que caen en suelo fértil serán atendidas 
y cuidadas, crecerán fuerte y florecerán. 
Aquellas que caigan en suelo árido, morirán. 
A pesar de ello, algunas se adherirán a la vida 
en lugares áridos, o en grietas profundas de las 
laderas de las montañas. 
Es entonces cuando el viajero, inesperadamente 
descubre el espectáculo de la naturaleza, una sola Lila 
creciendo entre las rocas. 
El viajero consciente, al pasar, regará con agua 
la Lila , agradecido por su fuerza, su belleza 
su tenacidad por vivir. 
Y creciendo entre las rocas, como lo hace -no está 
en su esencia- sigue siendo una Lila, 
y en cada trocito... hermosa.

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